Mujer única
burla el tiempo
de un instante feliz
a ritmo de bolero.
Mujer única
burla el tiempo
de un instante feliz
a ritmo de bolero.
Por las playas del alma,
suspendidos de un sueño,
tiraron por la borda
el peso innecesario.
Quedaron con lo puesto:
unos vaqueros demasiado ajustados,
y un jersey algo grueso
para ser primavera.
Así deambularon
por las calles dudosas
sorteando los riesgos
sin mirar hacia atrás,
les bastaba tenerse
sentir la luz del día
en la piel entregada
y en el desván del tiempo
ignorar el futuro.
Efímera la vida
cantaba su dolor,
su límite de libertad y miedo,
su huella de lágrima
y el vacío de un sueño.