Sepulcro
circular,
Banquete funerario
que en la cúpula deja
el color de la vida,
restos que un
día poseyeron
furia, poder, bravura,
todo y nada de
un tracio.
Nada fue el
viento jugando en las cenizas,
ni el perfume
del Valle de las Rosas
ni el aliento
del aire en su esqueleto intacto.
Pero
qué había bajo
esa máscara,
cuántas
pequeñas muertes
dejaron
cicatrices en esa vacuidad,
qué fue del
primer beso
y
del último abrazo.
¿Escondías,
rey Teres, el temor a la muerte
bajo ese metal
noble que tapiaba lo oscuro?
Nadie
responde, sólo la lluvia compasiva
sobre el
túmulo abierto
deposita una
lágrima
que sepulta la
tarde.