Era una isla hermosa.
Con su mirada verde
amparaba a sus gentes
que crecían del fruto
de los vientos y el agua.
Felices en la tierra
que ellos roturaban
amaban la belleza
de los pájaros únicos,
el fulgor especial
de los astros nocturnos,
el misterio final y la naveta.
Pero un mal rey
invadió la hermosura
y vendió como esclavos a sus hijos.
Otros hombres extraños
abrevaron su sangre
en el caudal de la renuncia impuesta.
Hoy gritan los muros
con sus lenguas de piedra
ese dolor ausente y confundido
con todos los azules de sus almas
rompiendo los silencios de su orilla.
Antología Poemas. OmniaBooks , 2022.