Todo se perderá, sin reparar apenas,
en la bella escultura que es tu cuerpo.
Como un ciego volcán
el esplendor del fuego horadará tu piel
encendiendo la dicha que breve y asustada
se ahogará en los alientos.
Durarán más las cosas
que ilusionado guardas:
la piedra del río de tu infancia,
la piel del zorro astuto encelado y perdido,
el tajinaste preso en su muerte de luz.
Todo se perderá por la ventana
abierta de cada corazón,
aquel beso primero
de fiebre y mariposas,
y las mudas palabras
que se cruzan los ojos
para sacarle al alma
la fuerza del amor;
la mano que dibuja
palomas en el viento
y se posa en los labios
del siglo que agoniza
amortiguando el grito
del dolor misterioso;
la mano que se ofrece,
nueva como una virgen
que idea e imagina
mil años más de luz
alumbrando una música,
donde de amor se sacie
el hombre atormentado;
la mano que se da
y se recibe
con el mejor deseo:
ser buenos y felices.
Antología Poemas. OmniaBooks, 2022.