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Se crió en una casa donde el amor suplía
paciente e impaciente miserias del destino.
(Busco independencia, compañía, hijos, la vida propia.
Como un reloj iba los lunes a comer con los viejos).
La madre (antes una belleza) ahora
oasis generoso perdiéndose en el tiempo.
El padre racional alegría. Los dos
(flores de otoño que anuncian la tristeza) cada
día más lentos, silenciosos y sabios.
El hijo los miraba y volvía los lunes
con el presente vivo del instante fugaz
a acompañarlos.
¡Sugerente y bonito!
ResponEliminaMolt maco!
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