Algo se rompió dentro
-yo te llamaba amigo
de la fe en los mundos-
cuando sentí el dolor
de selvática bestia,
y el rojo de mis manos
destellaba quimeras
que ibas apagando
contra el gran cenicero
corazón enfangado
de pétalos rosados.
Balbuceabas dogmas
trastocando sonidos
que avivaban la herida
de las pavesas muertas,
y pasaban injustas
palabras amañadas
desgarrando en las fauces
la rebelión del lodo.
(De "Sólo, hombre")
¡Bonito poema!
ResponEliminaMaco!!!
ResponElimina¡Felicidades!
ResponElimina