dissabte, 12 de febrer del 2022

Sólo la piel que ama

El último velero

cruzaba la bahía.

Aún veo la luz

que trastocó aquel día canicular

ardiente en su muerte de sol.

Jugando con las olas

un abrazo llenando

el hueco de la vida

unos cuerpos sin nada,

sólo la piel que ama.

Este presente incierto,

indiferente, frívolo,

acotará de olvido

lujurioso y gastado

el temblor de unos labios

cuando nazca la noche.


 

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