Queda lejos ahora
la polvorienta plaza
con sus mudas acacias
testigos sorprendidos
del tiempo que las hiere.
Quedan lejos ahora
las danzas de hojas muertas
donde navega el aire
con besos clandestinos,
bellísimas palabras
y ternuras muy lentas.
Los días más hermosos
que huyendo ofrecían
al vuelo de las aves,
sus ojos deteniendo
la paz del universo.
Las noches que castigan
con su perfil de sombras
las manos que quedaron
manchadas de abandono
y el espacio vacío
del gesto en aquel rostro
trenzando inviernos tristes.
¡Bonito! ¡Felicidades!
ResponEliminaMaco!
ResponElimina¡Genial!
ResponElimina¡Gran poema!
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