El cristal empañado,
mi dedo sobre el vidrio
anota día y hora, los años,
su huella y el momento,
el fluir de la vida.
A lo largo del tiempo
algo pudo salvarse,
como el hermoso cielo
salvavidas de estrellas
donde flotó el amor,
deshilachada niebla
de erosión y pasión.
Del pasado
poco pudo salvarse,
ni el abrazo de sal
de un mar embravecido
sobre la arena muerta,
ni cuándo y dónde
se programó el final
tan triste y tan cierto.
¡Bonito!
ResponElimina¡Felicidades!
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