Rota la luz, la noche entierra
los restos derrotados.
La oscuridad abraza la ciudad
y el paso apresurado de los seres.
Al doblar una esquina,
veo la luz de una ventana
abierta a las estrellas
y un hombre que abandona
la vida en el asfalto.
Muerte, gritos, palomas que huyen a ninguna parte,
miradas compasivas
sobre la nada.
Hay un niño asustado
que mira con asombro,
un río de amapolas,
busca ese lugar donde quedarse siempre
el cálido refugio de la madre
que abraza el espanto en su regazo.
Las sombras desnudan rocíos en los parques,
pálpitos de olvido que escuchan
el silencio de las rosas.
Poemari POEMAS. OmniaBooks, 2022.
Desesperança extrema...
ResponEliminaMoltes gràcies, Víctor!!!!!
EliminaSensible
ResponElimina¡Muchas gracias, Martina!
Elimina¡Felicidades, guapísima!
ResponElimina¡Muchas gracias, guapísimo!
EliminaBonic!
ResponEliminaMoltes gràcies, Tània!!!!!
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