Tenía poco que perder,
unos muebles de ocasión
en un minipiso de alquiler
y algún libro de poemas.
Lo demás
lo llevaba puesto.
Frente al vacío de aquel espacio,huir.
Más libertad y menos esperanza.
De nuevo un viento ácido
de ciudad en el rostro,
y otra vez,
como los pájaros perdidos
de las avenidas,
ser sombra de todos los olvidos.
Sin ir a ninguna parte
era inútil
recordar un tiempo
de poder, influencia y dinero,
donde supo del amor fácil,
del cual tarde aprendió el abandono.
Con rostro de muchacha
la vida le sonríe
al cruzar una calle,
pero él, guardián de lo imposible,
se aleja insensible
acechando lo incierto.
Antología Poemas. OmniaBooks, 2022.
La duresa de la vida...
ResponEliminaMoltes gràcies!!!!!
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