diumenge, 6 d’octubre del 2019

Quiero


No necesito que me habléis de amor,
ya sé que lo sembraron
en el temblor de una callada sangre,
y creció por mi piel y por mi canto
para deciros cuánto os quiero,
cuánto quiero al paraguas de García Márquez
y al viejo coronel
que a su través contaba las estrellas,
y al gato encelado de luna
-ojos negros de nube-
sangrando en los caminos,
y al alba desnuda de su amante nocturno,
y al mar que la contempla
con su ojo de peces,
y al joven -insomnio de una fiebre-
herido en las aceras,
y a la lenta mirada del anciano
aguardando el retorno de los pájaros idos,
y a la otra utopía,
esa que casi no se nombra, ni se escribe,
y que transporta el hombre
con sus brazos cansados por la espera,
y al bullicio que dejan
las colas de los cines una tarde de fiesta,
y a esta noche que grita
la muerte del verano,
y a todos los que sois, fueron y serán
labios para cantar las rosas
de un otoño cualquiera.

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