dimarts, 28 de gener del 2020

Para ser sólo a medias


Para ser sólo a medias
quisiste compartir el pan y las palabras.
Dejaste manipular tu cuerpo
como mejor reclamo
a una comunión
de amor eterno.
Nació un hogar de cartón-piedra
amado por un hombre de medias noches.
Después,
proyecciones de risas infantiles
grabando a sangre y fuego
el programado útero.
Los días se disfrazan de paciencia,
de riesgos asumidos
al precio de aceptar la diferencia
que crece como hijo consentido
y, poco a poco, va engullendo al completo
la exacta mitad de lo distinto.
Ahora tienes miedo,
miedo a la nada
que queda después de las palabras,
miedo a decir que estás hambrienta
entre tanto manjar sobre la mesa,
miedo a la libertad
que te grita detrás de los cristales,
miedo...

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