Se levanta el invierno
con su carne más blanca,
su corazón más frío,
la plata de sus pies
pisa el fuego escondido
en la entraña de ser
sobre la tierra muerta,
un hombre la camina,
la mira con ojos de poeta,
con hambre de poeta,
fueron ellos, Antonio, Vicente, Pablo,
Vladimir, Luis, Felipe, Jaime…
Tantos
mordiendo las estrellas
en las noches insomnes,
llorando los silencios,
vaciando en la sangre
la verdad y la duda,
todos a corazón abierto,
cuarteado, maltrecho,
feliz o desgraciado,
con excesivo amor
para vivir de luz involuntaria
pero sólo un instante.
¡Bonito! ¡Felicidades!
ResponElimina¡Muchas gracias!
EliminaGran poema. ¡Enhorabuena!
ResponElimina¡Muchas gracias!
EliminaGenial!!! Felicitats!!!
ResponEliminaMoltes gràcies!!!
EliminaMaco!!!
ResponEliminaMoltes gràcies!!!
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