Aquel libro hablaba siempre
del milagro de tu vientre dormido...
Una y otra vez horadaron tu sombra
y la desesperanza sembró vacío entraña a entraña.
Amar para perder
sin perdonar el desafío de lo imposible.
Amar como costumbre tras la gran puerta de los
silencios.
Amar, Sara, amar aunque nunca
tu sangre se rompa en otra sangre.
actual...
ResponEliminaMoltes gràcies, Víctor!!!!!
Elimina¡Bonito!
ResponElimina¡Muchas gracias, Alícia!
EliminaEnhorabona!
ResponEliminaMoltes gràcies, Tània!!!!!
EliminaFelicitats!!!
ResponEliminaMoltes gràcies, terrassistes!!!!!
EliminaFelicitats, guapíssima!!!!!
ResponEliminaMoltes gràcies, guapíssim!!!!!
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