Nunca más su mirada
y el gris de la ciudad
serán la misma cosa.
Atrás quedó
la niña de pájaros y flores,
el crepitar del mundo
entre sus pasos,
el amor que le dieron
y que ella devolvió
con más amor aún.
Fue su cuerpo
arena de una playa
en un invierno triste,
y también
esplendor sumergido
cuando las olas eran
brasas en el crepúsculo.
La noche interminable
batiendo su velero
dejó un rastro impreciso
de vuelo equivocado,
incansables la buscan
por aquel mar de fuego
pero ya nunca
su mirada
y el gris de la ciudad
serán la misma cosa.
Antología Poemas. OmniaBooks, 2022.
el gris ...sempre el gris...
ResponEliminaMoltes gràcies, Víctor!!!!!
EliminaMaco!
ResponEliminaMoltes gràcies, Tània!!!!!
Elimina¡Felicidades, guapísima!
ResponElimina¡Muchas gracias, guapísimo!
EliminaSuggeridor!
ResponEliminaMoltes gràcies, terrassistes!!!!!
Elimina¡Bonito!
ResponElimina¡Muchas gracias!
Elimina