A veces, la tristeza
se disfraza de armario,
de habitación vacía
o de zapato viejo.
Entonces, la tristeza
se agazapa en la piel
esperando el asalto
de una voz dolorida,
de una palabra rota
de un cometa perdido.
A solas, la tristeza
deja un cielo oxidado en la mirada
y trocea en ausencia la mano
que se pierde en el viento
sin que nadie la toque.
Rostro sin rostro, la tristeza
niega la luz
al pájaro temblón del alma
y para el tiempo
que eterniza abandono. Luego
se cansa, bebe una lágrima
y huye saciada
a su rincón de sombras.
No, no es buena la tristeza
ni en su mejor momento.
Antología Poemas. OmniaBooks, 2022.
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ResponEliminaBONJOUR TRISTESSE...
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