La
joven de la sección
de
cosméticos
(seleccionada
entre un millar,
cuyo
currículum ostenta
una
brillante licenciatura,
máster,
doctorado, cuatro idiomas
y
una buena presencia)
no
sonríe
cuando
el cliente se aleja,
relaja
su frustración
y
se muere un poco más
sin
acabar de sucumbir a la tristeza,
no
está sola,
el
supervisor vigila;
se
yergue y respira hondo,
(no
puede sentarse ni apoyarse,
son
las normas)
espera
una liberación,
algo
más que el paso de los días,
pero
de momento
sólo
tiene la noche
para
gritar su rabia.
¡Bonito!
ResponElimina¡Muchas gracias!
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