Sólo los
pájaros
espantan el
insomnio
cerril entre
los párpados
al clarear
el alba.
Hay una
intensa lluvia de sonidos
de reclamos
y trampas
naciendo con
el día
-los
pescadores echan las redes-
un canto al
imposible amor
pacta con el
rotundo caos del silencio,
y aquel
grito primero
que abre la
luz al temor de lo oscuro
sigue
inventando viejas historias
creadas
junto al mar del pasado
-Un rehén
asesinado en Irak-.
La huida es
vana, real la destrucción,
y los
pájaros gargantarrotas
-¡cuánto te
amo!-
fieles,
tiernos, confundidos
en las
neblinas de las madrugadas.
Los pájaros, la libertad... ¡Bonito poema!
ResponElimina¡Muchas gracias!
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