dimarts, 5 de gener del 2021

A un niño paralítico

Me inspiraron este poema, escrito en 1978, las niñas y los niños paralíticos a los que cuidábamos en el Centro de Rehabilitación de Terrassa. El cariño y el amor que les dábamos era sentimiento puro.

 

He mirado tus ojos

abrirse a las mañanas,

llenarse de colores,

henchirse de nostalgias.

 

He oído tu risa

romperse en las paredes,

salir fuera del tiempo,

sonar a cascabeles.

 

He cogido tus manos

como apretada cuna,

sintiendo en desamparo

deseo de venturas.

 

He deseado ser

en tus piernas las olas,

para poder correr

buscando caracolas.

 

He deseado ser

en tus piernas cometas,

para poder coger

corriendo las estrellas.

 

He deseado ser

en tus piernas espuma,

para poder romper

tan penosa andadura.

 

María Teresa Gascón Frago, Revista Magisterio Español, 17-9-1978

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