Un precioso momento
me contiene
engullidor voraz de mi silencio
atento
al sortilegio de los ojos
amantes del retazo
filtrado a su fisura,
y es igual
que lo acepte o rechace.
Permanece
como una catarata
que se aferra a su vértigo
sin saber abandonarse en la caída
¡doliente encrucijada
abocada a un fin inquisitorio!
Poemario inédito: Pálpito hacia adentro (1984)
¡Bonito poema!
ResponEliminaPreciós!!!
ResponElimina