Del poemario Solo hombre
El cuclillo manando
recién nacido grito.
Se adentra humedeciendo
la otra sombra del bosque,
un desflecado muro
gotea en los cuerpos
alzados, y su insomnio
vestido de colores
cobija aquella infancia
de verdes laberintos
pisados entre risas,
donde ya no importaba
la prisa que los otros
ponían por salir a
los pies de paloma con
ala desplumada, ni
el golpe de las manos
sobre los hontanares
desangrados y tibios
como el último beso
que rompe la inocencia.
La mudez de la tarde
excede entre los labios,
desdibuja una ola
de niña acurrucada
sin playa y sin arena,
océanos tan sólo
bañados en ternura
derraman la añoranza
de un claustro placentario,
que no busca en el alma
el final de la senda
salpicada de gritos,
si no la luz que mana
invisible en la nada
de un perdido recuerdo.
Camino-agua, gotas
de ilusión encendida
con peces de colores
en laguna de plata.
Al vent (número 95), 1987
¡Bonito!
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