Habían firmado
los papeles de la separación.
-Aquel día era el cielo
una lágrima inmensa
abrazada a su gris-.
Para ella
los dos hijos pequeños
y una casa prestada.
Para él
los tres hijos mayores
y el piso de alto standing
regalo de su padre.
Para los dos
la última caricia
y un abrazo temblón
y un dolor a vacío
llenándoles las manos.
Atrás quedaron
veinte años gastados
con muchas cicatrices,
con pocas alegrías
y un sollozo de aire
que, al recordar,
ahoga sus gargantas.
Tuvieron que elegir
la destrucción
o esa muerte lenta
de un supuesto sosiego.
Tuvieron que elegir
y ahora tienen delante
el tiempo que los vence.
Antología Poemas. OmniaBooks, 2022.
Cómo la vida misma....
ResponElimina¡Muchas gracias!
Elimina¡Enhorabuena!
ResponElimina¡Muchas gracias!
Elimina¡Felicidades, guapísima!
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EliminaMaco!
ResponEliminaMoltes gràcies, Tània!!!!!
EliminaInspirador!
ResponEliminaMoltes gràcies, Alícia!!!!!
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