Cuando mueren las risas
de los últimos niños
un hombre atraviesa
la plaza dura;
sus ojos de miope
se esconden tras los lentes,
disimulando hastío, decepción,
decadencia de profesor maduro.
Rozándole las piernas
pasa veloz un perro abandonado
y la imagen de una vieja bandera,
rota por el confort
que aportó el progreso,
le machaca el espíritu.
- La tarde muere en rojos
entregada a la noche -.
Tuvo amores el hombre,
que ahora quedan lejos.
Examadas fecundas viviendo de los juegos
de las nuevas consignas.
No sabe si el amor,
a antiguas compañeras,
esa defensa a ultranza
de modos y maneras,
no sabe si es amor
o huida hacia adelante
de pesados deberes.
Vomitando improperios,
no sabe y busca,
al abrazo del aire,
curar la soledad
suspendido del llanto.
Antología Poemas. OmniaBooks, 2022.
Observant realitats...
ResponEliminaMoltes gràcies, Víctor!!!!!
Elimina¡Enhorabuena!
ResponElimina¡Muchas gracias!
Elimina¡Felicidades, guapísima!
ResponElimina¡Muchas gracias, guapísimo!
EliminaIntrospectiva....
ResponEliminaMoltes gràcies!!!!!
EliminaBonic!
ResponEliminaMoltes gràcies, Tània!!!!!
EliminaMaco!
ResponEliminaMoltes gràcies, Alícia!!!!!
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