divendres, 29 de maig del 2020

El acumulacionista


El acumulacionista
entró en la joyería.
(Fuera, una manifestación de parados
vomitaba sus fantasmas).
Se palpó las tarjetas oro
del bolsillo interior junto a los genitales.
Mentalmente,
volvió a calcular la suma total
de sus empleos mensuales que, en dólares,
arrojaban, algo así, como diez mil;
él sabía que no era inteligente,
más bien voluntarioso,
(tenía además el don de la ubicuidad
y casi nunca cumplía los horarios)
pero tenía contactos;
¡claro que podía arreglárselas con menos!
Una vez, hasta dudó
si pasar alguno de sus trabajos complementarios
a aquel JASP desheredado
pero... sonrisa contra sonrisa,
la señorita depositaba ante él
un muestrario codiciado.
Escogió,
y se fue sin saber
que al salir
alguien
le había puesto
una bomba en el culo
con la mirada.

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