Unos brazos sudados
horadaron la tierra
en el tiempo de nadie,
ojos de agua profundos
emergieron a cientos,
su mirar era alto,
silencioso, presente,
como pájaro, más
como nube, más,
como estrella, más,
infinito.
Solo así,
sumando los sudores
con sol, escarcha,
dolor y muerte,
heredarán la tierra milenaria,
retina viva
de un pasado fiel,
los cuencos vacíos
de faces venideras.
Del poemario inédito Potser un altre dia (1985)
Molt maco!
ResponEliminaGran poema i foto maquíssima!!! Felicitats!!!
ResponEliminaGuapíssima!!!!!
ResponElimina¡Bonito poema! ¡Enhorabuena!
ResponEliminaM'agrada, !!!
ResponElimina