Porque me has amado
Ocupé trenes grises por caminos inciertos,
viejos caminos de países raigales y soles desairados
rindiendo la ira toda al azul absoluto.
Fueron barro del alma.
Barro y piedra y polvo.
Por los caminos. Sola.
Porque me has amado
aprendí la razón de los odios,
el equilibrio desamparo al filo del abismo
y lo más entrañable:
transformar el dolor
en una amplia sonrisa
amante como un labio.
Porque me amaste
un bordón redimido
resucitó los cantos,
sin trascender apenas,
quebró mi piel de vidrio,
incendió la palabra.
Rostro con rostro me regalaste lágrimas
y acantilados ebrios de locos suicidios.
Ni rebelión. Ni aliento
para un solo minuto de esperanza.
Yo no pude escoger momento, siglo, tiempo.
Fuiste el faro ancestral deslumbrando las vísceras,
una pasión para andar cuesta arriba
o rodar cuesta abajo hacia los desarraigos.
Si tu legado fue
estrictamente necesario para continuar
de nuevo aquí me tienes
porque me amaste, vida.
1995 (Ráfagas de luz, Cuadernos Literarios ALAN, Barcelona)
Maco!
ResponEliminaBonic!!!
ResponEliminaSuggeridor!
ResponEliminaGenial!
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