En la isla del Aire, el corazón,
frente a ella, arenas blancas
que levantan jugando los perros y las olas.
La joven
que lastimó el amor en otro tiempo
ha buscado silencio
junto a otro silencio.
Sólo vivir le basta,
como aquella gaviota
que llamó providencia.
Hoy cuelga el mar su azul
en los brazos del cielo,
y esa frágil muchacha
de nácar y nostalgia
deja pasar el velero del día,
la luz y su loca carrera hacia lo oscuro,
la vida, arduo rescate de la muerte.
Publicado en el "Quinto Cuaderno de Profesores Poetas ". Segovia 2009.
Introvertit!!!!
ResponEliminaMoltes gràcies, Víctor!!!!!
Elimina¡Bonito!
ResponElimina¡Muchas gracias, Martina!
EliminaEnhorabona!!!
ResponEliminaMoltes gràcies, Enriqueta!!!!!
EliminaFelicitats!
ResponEliminaMoltes gràcies, Angie!!!!!
Elimina¡Felicidades, guapísima!
ResponElimina¡Muchas gracias, guapísimo!
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