Samarkanda se abre
en sonrisas doradas.
Es un día cualquiera
de misterio y tumulto,
de jóvenes radiantes
en su inocencia toda.
Ellas son
corazón de Madraza
y piel de terracota,
ojos de anochecida
y llanura infinita.
Como ríos se mueven
sus cinturas ocultas,
en sus vientres germinan
las semillas antiguas
y la tierra se llena
de brazos laboriosos.
Cae la tarde encendida en rosas,
Samarkanda de ensueño
envuelve en su leyenda
un pasado en silencio;
como nubes de seda
se alzan los minaretes
y el cielo está tan lejos...
y la vida es tan breve...
Publicado en " XI Cuaderno de Profesores Poetas ".Segovia 2015.
Viatge inoblidable!!!
ResponEliminaMoltes gràcies, Víctor!!!!!
EliminaMaco!!!
ResponEliminaMoltes gràcies, terrassistes!!!!!
Elimina¡Felicidades, guapísima!
ResponElimina¡Muchas gracias, guapísimo!
EliminaFelicitats!
ResponEliminaMoltes gràcies, Angie!!!!!
Elimina¡Felicidades!
ResponElimina¡Muchas gracias, Daniel!
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