El cristal empañado,
el frío y la mirada,
mis ojos en tus ojos
llenando los espacios
cuando tú ya no estás.
Estas manos tan solas
gritan en su vacío
la falta del amor
con que tú las colmabas.
Noviembre se acomoda
al dolor y la muerte.
La casa está vacía.
Sólo queda la pátina
de un aliento perdido
entre las sombras.
¡Duelen tanto los brazos
que abrazan esta ausencia!
Que quisiera perderse
en un vuelo sin rumbo
sobre un mar violento.
La vida fue un regalo sin cuidados.
Con ella inventábamos músicas,
colores y palabras
que ahora son heridas
que no las cierra el viento.
Todavía los pasos son como caracolas
que anuncian tu llegada
sobre la arena ardiente,
y un espejismo hunde
el barco de tu cuerpo
en el azul inmenso.
Hubo muchos momentos
que el silencio ocupaba
la habitación del miedo
y huía con mis lágrimas
a modo de abandono
mientras tú te adentrabas
lentamente en la niebla.
los recuerdos
cuando todo se pierde
son latidos de una noche de agosto
y una voz que susurra:
" guardemos este cielo
para los días tristes ".
Me dejaste este cielo
y una luz en la lluvia
que llora en tus cabellos,
una luz que no olvida
el temblor de las manos
que cerraron tus ojos.
Del poemario POEMAS. OmniaBooks ,2022.
Sempre optimistes...
ResponEliminaMoltes gràcies, Víctor!!!!!
EliminaMaco!
ResponEliminaMoltes gràcies, terrassistes!!!!!
EliminaFelicitats, guapíssima!!!!!
ResponEliminaMoltes gràcies, guapíssim!!!!!
EliminaEnhorabona!
ResponEliminaMoltes gràcies, Tània!!!!!
EliminaMoltes gràcies, Alícia!!!!!
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