La carga de existir
la paseaba siempre
con un whisqui en la mano.
Decía que la vida eligió
ser una luz prestada,
amante hasta el final,
y una moneda al aire
con sueños que ocupaban
el hueco de los miedos.
Tantas veces quiso dejar de ser huida
que se hizo adivino
de miradas inquietas.
Con ellas y pasión
iba mordiendo estrellas que lloraban olvidos
perdidos en cunetas.
Cada lágrima era
un trozo de tristeza,
la porción de un dolor
cegando las pupilas,
y es que nadie regala
los pasos y el camino
y sólo el riesgo abre
las manos del destino.
A la intemperie siempre
el tiempo lo engullía
con su misterio a cuestas.
Sólo y roto apretaba el cristal
hasta ser una sola,
su sangre y el alcohol.
Poemari POEMAS. OmniaBooks,2022.
Introspecció...
ResponEliminaMoltes gràcies, Víctor!!!!!
EliminaMaco!
ResponEliminaMoltes gràcies, terrassistes!!!!!
EliminaFelicitats, guapíssima!!!!!
ResponEliminaMoltes gràcies, guapíssim!!!!!
EliminaBonic!
ResponEliminaMoltes gràcies, Tània!!!!!
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